Cómo lograr una mentalidad preparada para el éxito
Estamos inmersos en una sociedad en que los rankings y las listas, con más o menos acierto, afloran por doquier. La sociedad de la información y el conocimiento, nos pone delante docenas de cuáles son los mejores métodos para lograr el éxito y la felicidad.
Los autores no creemos en listas cerradas ni en guías de rápido y fácil acceso, como si se tratara de un callejero para localizar el sitio hacia dónde queremos ir en una ciudad. El auténtico sitio al cual nos dirigimos en la vida, no responde a un callejero ni a ninguna guía cerrada. Por el contrario, nuestras acciones tienen en nuestro mapa interior (principios y valores) nuestra particular guía (la más importante de las que puedan adquirirse, aunque no tiene precio).
Los consejos sobre cómo ser más felices y emprender el camino del éxito es algo que está de moda en Internet. Existe suficiente evidencia de que ser feliz no es realmente una consecuencia del éxito, sino más bien una causa de ella. Nuestra actitud frente a la vida sí que es determinante para emprender ese camino de triunfo y coronar metas.
Una cosa también es cierta: un exceso de consejos e información en la red, para el amplísimo abanico que abarca analizar el éxito, la felicidad y otras cuestiones vinculantes, puede resultar finalmente abrumador.
¿Qué es lo que diferencia a los que logran grandes cosas de aquellos que no son capaces siquiera de darse cuenta de cuáles son sus ambiciones? Puede pensarse que es la inteligencia, o también el apetito por el riesgo. Sin duda la creatividad jugará un papel destacado. Pero todos estos elementos se convierten en una especie de caja de resonancia de la que derivan sugerencias, listas y consejos, aunque esto no es lo que la ciencia ha encontrado.
Si bien existen en la actualidad muchas de estas “reglas de oro”, nosotros vamos a basarnos en la investigación científica. Porque también la ciencia ha avanzado mucho en este campo del éxito y la felicidad en los últimos años.
Según la psicóloga del departamento de psicología de la Universidad de Stanford, Carol Dweck, el mejor indicador de éxito en la vida no es ninguna de las cuestiones que habitualmente se ponen en listas como las descritas. La cosa en el fondo es mucho más sencilla: lo determinante es la forma de pensar.
Aquellos que logran grandes cosas en general creen que pueden mejorar y crecer como personas. Esto se llama una «mentalidad de crecimiento.»
Dweck está está centrando sus investigaciones tendiendo puentes entre la psicología del desarrollo, la psicología social y la psicología de la personalidad, examinando las autoconcepciones (modos de pensar) que la gente utiliza para estructurar y guiar su comportamiento.
Centra los estudios en analizar los orígenes de estos modos de pensar, su papel en la motivación y la autorregulación, y su impacto en el rendimiento y los procesos interpersonales.
También hay que referir que aquellas personas que se sienten frustradas en sus intentos de hacer realidad sus sueños, tienden a creer que sus habilidades y talentos son estáticas, o sea que su mentalidad es fija.
Todo lo cual está muy bien pero plantea una cuestión esencial. Si hasta ahora una persona ha tenido la tendencia de ver sus habilidades a través del prisma de la mentalidad fija, ¿hay algo que pueda hacer para cambiar?
Dweck, establece medidas de lucha contra esta mentalidad estática y verlo como un proceso, como una obra en curso y sugiere ciertas reglas:
1º) Piense en su forma de pensar como una voz
¿Cómo se manifiesta en realidad nuestra forma de pensar? Es una voz interior. Hemos explicado en más de una ocasión en referencia a las competencias emocionales, que una de las cosas más importantes a tener en cuenta para mejorar en la gestión de nuestras emociones, es mirarnos hacia dentro. Hacer un viaje a nuestro interior.
Escuchar en nuestra voz el eco de nuestros principios, valores y normas de actuación que subyacen en el mapa mental que todos poseemos. Este proceso de hablar con nosotros mismos (introspección) buscando explicaciones y razones a determinadas conductas y la forma en que reaccionamos, es el primer paso para lograr una mentalidad de crecimiento. El corpus que nos haga dar cuenta que no tenemos que depender de una mentalidad estática, sino que debe necesariamente ser variable para adaptarse a un mundo y circunstancias en permanente estado de mutación.
A medida que se acerque a un reto, esa voz podría decirle: “¿estoy seguro de que puedo hacerlo (determinada acción) o afrontar este nuevo reto?”. Puede que a lo mejor no cuente con el talento, o que le pese más el hecho de que afrontar el reto y fracasar después, reciba encima la etiqueta de fracasado. Y a esto nadie le gusta siquiera imaginarlo. Pero como en un partido de tenis, Ud. puede con su mente también “dar un buen revés” y poner su mente en estado de alerta tratando de verlo desde otro ángulo.
Se tiene que prestar atención a estas autorespuestas, que en caso de que vayan por el camino de la complacencia y se mantengan en el miedo al fracaso o la obsesión por la falta de talento, su mentalidad en su puesto de trabajo lo que finalmente recibirá es la fijación en sus particulares trece, creyendo que no puede emprender ese camino de éxito, o peor aún, que cuando decida emprenderlo, su actitud frente al desafío (su forma de pensar), le esté minando todo su potencial para logar ese éxito con el cual sueña. Y cuando esto sucede estará más próximo al fracaso, o sin llegar a él, a que las cosas no le vayan como debieran en su vida profesional.
2. Elija el crecimiento
Dweck afirma que ahora que Ud. ya sabe lo que está jugando en su contra, el siguiente paso es el reconocimiento de que no hay que contentarse con los pensamientos que tiene actualmente. ¡Porque cuidado!: la voz interior que se le pide que escuche puede traicionarlo.
La cuestión entonces radica en cómo interpreta los desafíos, reveses y la autocrítica a la elección que está haciendo. Puede quedarse en el pasado (su mecanismo mental fijo no apto para el crecimiento) como signo que tanto su talento como sus habilidades son insuficientes, o por el contario, puede interpretarlos en una mentalidad de crecimiento como signos de que Ud. los necesita para la rampa que impulse sus nuevas estrategias y esfuerzos, lo que le hará ampliar sus capacidades.
3. Hable de nuevo
Cuando se trata de esa voz que limita e inhibe sus acciones, porque predomina en su cabeza una mentalidad estática, la única forma es tener el coraje y determinación para señalarse a sí mismo qué cosas está haciendo mal o planteándolas no de manera adecuada, como para buscar una nueva respuesta. O sea, volver a preguntarse para escuchar de nuevo esa voz interior. Tener la consciencia y serenidad de decirle a nuestra voz interior qué es lo que exactamente está mal en situaciones que le están preocupando y ante las que debe actuar, y de manera activa reformular su enfoque a los desafíos y contratiempos para reflejar la creencia en el crecimiento personal.
¿Cuáles serían los diálogos que mantendría con su mente?
La mentalidad fija puede preguntarse: “¿está seguro de que puede hacerlo? Puede que no tenga el talento necesario.” Las respuestas de una mentalidad de crecimiento serían en cambio: «no estoy seguro de que puedo hacerlo ahora, pero creo que puedo aprender con el tiempo y el esfuerzo.»
4. Actuar
Dweck termina con un saludable recordatorio de que todo es posible hacerlo, para lo cual no basta con cambiar sólo los pensamientos, sino también las acciones. La voz interior sólo no nos lleva a ningún sitio si no tenemos la determinación para actuar.
Dweck sugiere que el uso de palabras o expresiones como “no todavía” o “aún no” o también “sin embargo”, son factores motivadores porque están dando tiempo para la reacción y el cambio de actitud.
También debe de tenerse muy en cuenta, que al tratarse de cambios de nuestros hábitos (acciones y pensamientos), debe dársele algo de tiempo para que nuestra mente y las órdenes que emanen de ella, ya se enmarquen en un contexto de mentalidad de crecimiento del cual se logrará un mejor aprendizaje con el tiempo.
José Luis Zunni es director de ecofin.es y vicepresidente de FORO Ecofin. Director de ECOFIN Business School y coordinador de ECOFIN Management & Leadership. Coordinador académico de la Red e Latam del grupo media-tics.com. Miembro de la Junta Directiva de Governance2014. Autor de ‘Inteligencia Emocional para la Gestión. Un nuevo liderazgo empresarial’, coautor de ‘Liderar es sencillo. Management & Liderazgo’ y coautor con Ximo Salas de ‘Leader’s time (Tiempo del líder)’